A veces no sabes en qué momento pasó, pero un día te das cuenta de que algo se apagó dentro de ti.
Ya no sientes emoción cuando te despiertas.
El café ya no alcanza para levantarte el ánimo.
Las tareas que antes hacías con facilidad hoy te pesan.
Y lo peor no es el cansancio físico. Es esa sensación extraña de vacío. Como si tú estuvieras, pero no tú por completo.
Bienvenido al burnout laboral. No es moda, no es flojera. Es real. Y es cada vez más común.
El desgaste silencioso.
No tienes que estar colapsando para estar mal. Muchas veces el burnout no llega con lágrimas, sino con automatismos. Te conviertes en alguien que cumple, responde, produce, pero que ya no se siente presente.
La mayoría de las personas no se da cuenta de que está en burnout porque siguen funcionando. Van a juntas, entregan reportes, contestan mails. Incluso sonríen.
pero por dentro están rotas, desgastadas, vacías.
¿Y cómo te das cuenta?
A veces lo notas cuando explotas por algo pequeño o cuando el cuerpo comienza a hablar por ti: Dolores de cabeza, insomnio, gastritis, contracturas. Incluso cuando alguien te pregunta: “¿Estás bien?” y no sabes qué responder.
¿Por qué pasa?
Porque normalizamos lo insano.
Porque vivir con prisa es “ser exitoso”.
Porque la productividad es más valorada que el bienestar.
Porque si te detienes, te sientes culpable.
Porque si no puedes con todo, piensas que algo está mal contigo.
Y no, no estás mal tú. Lo que está mal es la idea de que tenemos que sacrificarnos constantemente para ser “suficientes”.
Lo que el burnout no te deja ver.
Una de las trampas más crueles del burnout es que te hace sentir que no tienes opción. Te convence de que “así son las cosas”, que “ya pasará”, que “cuando termines este proyecto vas a poder descansar”.
Pero luego viene otro proyecto.
Y luego otro.
Y así se va la vida.
Y mientras tanto, tú dejas de hacer cosas que amabas.
Dejas de ver a gente que te hacía bien.
Dejas de cuidarte.
Y, sin darte cuenta, te dejas a ti mismo fuera de tu propia vida.
¿Y si no puedes renunciar?
Muchas veces los artículos sobre burnout tienen el consejo estrella: “Renuncia, cambia de vida, vete a vivir al campo”.
Y aunque suena lindo, no todos podemos darnos ese lujo.
Tienes cuentas que pagar, hijos que mantener, compromisos que no pueden esperar.
Entonces, ¿Qué sí puedes hacer?
Micro resistencias: Pequeños actos de rebelión para volver a ti.
Hay algo que puedes empezar a hacer hoy. No requiere grandes cambios, sólo un compromiso contigo: volver a ti en pequeñas dosis.
Reclama tu pausa de comida.
No contestes correos mientras comes. No trabajes de pie junto al microondas. Pon una alarma si es necesario. Ese tiempo es tuyo. Hazlo valer.
Di “no” sin justificar todo.
No tienes que explicar por qué no puedes con otra tarea. Un “no puedo en este momento” es suficiente. Tu tiempo y energía también merecen respeto.
Crea un refugio emocional en tu día.
Un libro, una libreta, una canción. Algo que te recuerde que hay vida más allá del trabajo. Algo que te conecte contigo, aunque sea por 10 minutos.
Valida tu cansancio.
No estás exagerando. No estás siendo débil. Estás cansado porque has dado demasiado por demasiado tiempo. Y eso es válido.
Busca comunidad, no soledad.
Habla con alguien que te entienda. Un amigo, un terapeuta, un grupo. Compartir tu experiencia es una forma poderosa de sanar.
No estás rot@, estás agotad@. Y mereces un respiro.
Quizá hoy todo se sienta cuesta arriba. Quizá crees que no hay salida, que esto no va a cambiar. Pero no es así. El burnout no es el final, es una señal. Una llamada urgente a reconectar contigo.
Y no, no tienes que atravesarlo sol@.
Existen caminos para reconstruirte desde dentro. Hay manos dispuestas a sostenerte, herramientas reales que alivian, y profesionales que comprenden tu cansancio sin juzgarte, sin exigirte más de lo que ya diste.
En VRIM lo sabemos. Por eso no solo decimos “cuídate”, te damos con qué hacerlo.
Te acompañamos paso a paso, para que no tengas que cargar con todo tú sol@.
Contamos con asesorías emocionales gratuitas e ilimitadas, donde profesionales capacitados te escuchan de verdad. Sin reloj, sin etiquetas, sin prisa. Sólo con empatía, cuidado y un verdadero deseo de verte bien. ¡Estamos aquí para ti! Contáctanos: https://www.vrim.com.mx/membresias-vrim-new/